Antes de que te den, golpea.
- pigmentsdi
- Oct 16, 2020
- 3 min de lectura
Seguro que todos hemos presenciado alguna vez cómo han enseñado a los niños pequeños que si un compañero les pega tienen que devolver el golpe. Bien es verdad que siempre se nos ha dicho que tenemos que pegar antes de que nos peguen, que no tenemos que llorar y a menudo se relaciona el tener un comportamiento poco conflictivo con ser bobo.
Pues bien, de todo esto vamos a hablar hoy en la entrada de Pigments Didàctics, sobre el papel que juega la educación que reciben los niños y niñas en casa y qué consecuencias tiene esta en los colegios e institutos. También profundizaremos en el enorme papel que les toca jugar a los docentes en estos casos.

¿Pero qué es exactamente?
En primer lugar es importante aprender a diferenciar los conflictos relacionales puntuales entre alumnos del acoso escolar. El primer caso es totalmente normal, puesto que nos encontramos en un entorno donde los alumnos conviven y trabajan conjuntamente durante una gran cantidad de horas y pueden surgir diferencias entre ellos. En estos casos algunos centros están incorporando la figura del mediador. Se trata de alumnos que voluntariamente participan en un grupo donde se les enseñan técnicas de mediación con el fin de ayudar al entendimiento entre dos partes. La figura del alumno mediador se está extendiendo cada vez más y aporta beneficios tanto para el alumno que hace la tarea como para sus compañeros.
Desgraciadamente, este alumno no puede mediar entre sus compañeros ante una situación de acoso, puesto que esta no es una situación puntual, pues hablamos de acoso cuando el maltrato verbal, físico o psicológico se repite en el tiempo.
¿Hay más acoso escolar ahora que antes?
No, el acoso escolar no es más frecuente en la actualidad de lo que era antes, lo que ocurre es que si lo vemos y lo denunciamos más. Tal y como se ha explicado al principio del texto, el acoso escolar nace en las casas de los alumnos y las alumnas cada vez que se les explica que mostrar empatía o amabilidad es sinónimo de debilidad.
Al contrario de lo que habitualmente se piensa, no existe un perfil concreto de víctima ni de acosador, pero sí podemos ver como a menudo se utiliza el racismo, la homofobia, el clasismo y el machismo como herramienta de ataque.
¿Qué papel juegan los docentes?
En cada colegio e instituto existe un protocolo a seguir ante estas situaciones, pero entonces, ¿por qué tantos jóvenes han contemplado opciones drásticas con el fin de acabar con su acoso? La verdad es que la existencia de este no es suficiente, de la misma forma que no es suficiente decir que se ha aplicado, este tiene que ser efectivo y llevado a cabo correctamente y en conjunto por todo el centro.
Fuera de este protocolo el papel de los docentes es fundamental, pues, en ocasiones son la figura adulta con mayor presencia en la vida de sus alumnos. Es por eso que hay que crear un clima de seguridad para todos y todas a la vegada que se trata de transmitir valores y se potencia la comunicación activa entre ellos.

Desgraciadamente todo el esfuerzo que pueden dedicar los docentes en este problema a veces no es suficiente, puesto que el acosador de 16 años se está labrando desde los 6.
¿Y vosotros qué pensáis? ¿Pensáis que con más educación emocional y comunicativa podemos evitar casos de acoso? Estamos deseando escuchar vuestras ideas o experiencias.
Como siempre, os leemos.
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